Principales inconvenientes
Por lo general, la salud respiratoria de los animales representa un serio problema en los distintos corrales y esto es especialmente fundamental en la sanidad de los terneros. En este tema toman una importancia vital algunas variables como el manejo y el estrés.
Los terneros que arriban a un corral ya no poseen su inmunidad pasiva (aquella que le transmitió su madre), sino que adquirirán una inmunidad activa, por medio de la aplicación de vacunas inactivadas. Será imprescindible suministrar más de una dosis de las mismas para lograr la protección deseada. «Insisto, el manejo y el estrés son vitales en la sanidad de los terneros en los corrales. Estos son temas de análisis en Estados Unidos, donde los especialistas determinaron que un animal estresado tiene alterada su ingesta de comida durante el transcurso de 21 días. Este es el tiempo que le dura el estrés. Los terneros comen menos, pero aquellos que ingieren mayor cantidad de fibra son los que culminan antes con el problema. Y es precisamente este punto el que se contradice con los sistemas de corrales donde los animales reciben la menor cantidad de fibra posible», explica el Dr. Mejía, especialista en el área.
Además de esto, también se han realizado estudios en los que se demuestra que cuanto más junto se da el stress, menos le pesa al animal. «Esto quiere decir que al ganado hay que trabajarlo inmediatamente después del viaje. Si dentro de las primeras 48 hs le efectúo las vacunaciones ese estrés será el mismo que el del viaje. Mientras que si lo dejo pasar y los vuelvo a encerrar, se producen dos distintos, que no sólo se suman sino que se potencian».
La sanidad en el destete
Aquí es donde se da el pico máximo de estrés. Este es el momento donde el animal baja sus defensas, produciéndose la mayor cantidad de enfermedades. En los manejos tradicionales se reciben los terneros y se les aplica una primera dosis de vacuna inactivada, con lo cual se produce una respuesta primaria que no protege. A los 15 días se aplica una segunda dosis para obtener una respuesta secundaria, alcanzando el pico de inmunidad cuando el estrés ya ha bajado y los mayores riesgos han quedado atrás.
«Es por esto que las recomendaciones apuntan a que treinta días antes del destete se aplique la primer dosis y quince días antes del mismo una segunda. De este modo la respuesta secundaria y el pico de inmunidad coincidirán con el momento en el que el estrés está de manifiesto y los animales ingresarán al corral con más defensas», explicó el consultor.
Además de esto, agregó que «cuando recibimos los animales luego de algún traslado, no nos queda otra que dar la primera dosis al llegar y la segunda a los 15 días. Y aquí se vuelve a plantear una discusión importante con mucha gente que maneja feed lots, ya que una de las teorías de manejo del corral argumenta que una vez que el animal ingresa en el mismo, sale solamente para ser vendido. En el caso de terneros, yo no me arriesgaría a implementar esta tendencia. Aplicar una sola dosis de vacuna es lo mismo que nada».
Por otra parte, cuando se encierran terneros de destete precoz es posible encontrar animales que poseen muy poca inmunidad y sean más sensibles al estrés. Los mismos requieren una alimentación especial. La inmunidad va de la mano del nivel de proteína y de la calidad de la misma.
En los terneros muy jóvenes nos vamos a encontrar con animales que quizás tengan anticuerpos maternos (en algunas enfermedades los mismos persisten hasta seis meses) y estos pueden bloquear la inmunidad generada por las vacunas. En estos casos no estaría de más considerar la posibilidad de suministrar una tercera dosis. Incluso en algunos países del mundo, donde se trabaja con terneros muy jóvenes, se sostiene que si se vacuna a los tres o cuatro meses de vida, se deben aplicar dosis seguidas una vez al mes hasta que el animal supere los seis meses, como una forma de superar el bloqueo de inmunidad de los anticuerpos maternos.
El concepto de corral
A nivel mundial ya se ha comenzado a trabajar el concepto de corral para el manejo de las enfermedades. Si en un encierre hay más del 2 o 3 % de animales enfermos, se puede decir que el corral está enfermo. «Y esto es especialmente cierto para el caso de las enfermedades del tipo diarreicas donde pueden existir bacterias que luego quedan como portadoras y que son de riesgo para la salud humana. En lo que es salmonella, directamente se está efectuando identificación de bacteria; y si el corral tiene salmonella se médica y va a faena identificado de una forma especial para evitar las contaminaciones», concluyó el especialista en sanidad animal.
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