El valor medio de exportación de la carne vacuna uruguaya en la última semana que informó el INAC —la culminada el 31 de enero— superó los US$ 4.000 por tonelada carcasa. Sin dudas un excelente valor, aunque más de 10% por debajo de los picos alcanzados alrededor de octubre del año pasado.
¿El valor medio de 2015 podrá mantenerse en los muy buenos niveles de 2014? Aunque el mercado internacional mantiene un contexto de firmeza, determinado por una producción mundial relativamente escasa en algunos jugadores clave —caso de EEUU— quizás ésta no sea suficiente como para que los precios vuelvan a los picos del año pasado.
Un factor que juega fuerte en este sentido es el valor del dólar estadounidense, moneda en la que cotiza el producto. La moneda de la principal potencia mundial se valorizó fuerte en los últimos meses y la expectativa es que se mantenga en alza este año. Un dólar más alto implica precios más bajos de los productos que cotizan en esa moneda.
Por otra parte, desde el lado de la demanda Rusia, uno de los principales importadores mundiales, sufre una grave crisis económica que, se estima, implicará una contracción de su economía de más de 4% en 2015 y la expectativa es que su moneda siga perdiendo valor. Es lógico suponer que su demanda no sea lo fuerte que fue el año pasado. Rusia es el principal importador de carne del Mercosur.
Otro jugador trascendente es China, el principal destino de la carne uruguaya desde fines de 2012. La expectativa es que siga pisando fuerte en el mercado internacional. De hecho, en el primer mes del año volvió a ser el principal destino —en volumen— de la carne vacuna uruguaya y todo indica que lo seguirá siendo en el correr del año. Pero su ritmo de crecimiento se sigue desacelerando, por lo que quizás el motor de esta locomotora no tire como lo venía haciendo.
Uruguay cuenta con la gran ventaja de estar habilitado con sus carnes frescas en los mercados del NAFTA y lo más probable es que un volumen que vaya bastante más allá de la cuota anual de 20 mil toneladas de Estados Unidos y 11 mil toneladas de Canadá sea colocado en esta región. En enero Estados Unidos más que duplicó sus volúmenes importados de carne vacuna uruguaya. Las expectativas son que la producción local vuelva a contraerse. Además, es probable que el saldo exportable de Australia, su principal proveedor internacional, se reduzca —si es que en algún momento vuelve a llover de forma pareja en el país oceánico— por lo que tampoco tendrá de dónde importar volúmenes importantes. Una combinación ideal para los demás proveedores de este mercado.
Sin embargo, no todas son noticias tan buenas tampoco en Estados Unidos. Los precios de la carne de cerdo, la principal competencia, se desplomaron desde los picos históricos a mediados de 2014 a los mínimos desde 2010 en la actualidad. Y por más que pueda ampliarse la brecha histórica entre los precios de ambas carnes, es probable que el cerdo le ponga un techo a la disparada de la carne vacuna.
En el caso de la Unión Europea, donde se colocan los cortes de mayor valor, una cosa era su poder de compra con el euro a US$ 1,30, como estuvo el año pasado, y otra es a US$ 1,14, como está en la actualidad. Y de hecho se está sintiendo una fuerte presión bajista en las cotizaciones de exportación a este destino.
¿Todo esto implica un panorama desolador? De ninguna manera. El contexto sigue siendo de firmeza. Pero quizás los tan altos precios del año pasado e incluso los más de US$ 4.000 la tonelada carcasa de la última semana de enero, no sean los valores que rijan en la mayoría de las semanas de este año.