Para aprovechar el potencial ganadero provincial, Juan Elizalde presentó en el seminario regional del IPCVA un modelo de recría y engorde a corral en base a alfalfas y maíces bajo riego, un maridaje óptimo para la nutrición animal. El resultado económico, muy interesante en una zona deficitaria en carnes.
“Para invertir en ganadería, primero hay que definir cuánto se quiere ganar y en función de eso elegir el grado de intensificación y la tecnología necesaria. El modelo que armamos para el sur mendocino apunta a maximizar la rentabilidad, en forma sustentable”, planteó el Ing. Agr. Juan Elizalde en el seminario del IPCVA realizado en Mendoza, refiriéndose a la recría y engorde a corral, en base a alfalfas y maíces bajo riego, una propuesta que agrega valor en una provincia deficitaria en carnes.
Según el especialista, un aspecto clave para planificar el negocio es la estacionalidad en la oferta del gordo que se registra desde hace unos años de la mano de la producción de hacienda liviana, modelo mayoritario en el país.
“Un buen planteo deberá comprar la invernada lo más tarde posible, entre mayo y junio, ya que entonces se consiguen los menores precios. También, habrá que apuntar a vender el gordo contra estación de la salida de los feedlot, es decir de febrero a abril, que es cuando se obtienen los mejores valores. Para lograr estos objetivos, hay que armar una esquema de alimentación apropiado”, dijo.
Elizade piensa que, en los próximos tres años, habrá que optar por modelos que empleen mucho maíz. “Si el grano va seguir barato, convendrá usar la máxima cantidad posible. Incluso, si con un próximo gobierno hubiera una devaluación del 20/25%, un sistema intensivo lo tolerará perfectamente; y es poco probable que haya una del 200%”, sostuvo.
Otra premisa para maximizar beneficios es “agregar muchos kilos por cabeza, ya que el costo del kilo producido con maíz barato es menor al precio de venta. Además, vendiendo el animal terminado en otoño, la diferencia entre el ternero gordo y el novillo es mínima”.
Alfalfa & maíz
Elizalde realizó un pantallazo de los modelos ganaderos basados en alfalfa y maíz, recursos disponibles en la zona de San Rafael. “La recría mediante pastoreo directo de la alfalfa implica una fuente relativamente económica de nutrientes, pero tiene la desventaja de la fuerte estacionalidad y la calidad variable a lo largo del año. Acomodar la carga en función de ello no es fácil. Además, para producir más carne hay que cubrir el déficit invernal con suplementación y henificar el excedente de primavera”, comentó.
Una solución es el corral de recría para encerrar los terneros en el invierno y largarlos a la alfalfa en primavera. “Así, puedo fijar la cantidad de terneros encerrados según la carga necesaria para comer todo el excedente de primavera y llegar a producir unos 1000 kilos de carne por hectárea de pastura, duplicando los niveles de la zona. Otra ventaja es que no preciso hacer ni un solo fardo y, si no tengo escala para una enrolladora, no importa”, argumentó.
La alternativa de mayor productividad es hacer recría y terminación a corral con alfalfa cortada y picada, y ensilaje de planta entera de maíz. “En este caso, la carga la calculo en función de la disponibilidad de comida que tengo en el galpón, no necesito seguir la curva de producción del forraje. Es un poco más caro porque el recurso que antes se daba pastoreado ahora tengo que conservarlo, pero es más seguro y el proceso productivo es más corto. Además, puedo hacer todos los corrales que quiera, de acuerdo al tamaño de empresa, y armarlos en función de comprar y vender en el mejor momento”, subrayó.
Como anillo al dedo
Para Elizalde, este modelo es muy aconsejable para Mendoza ya que cuenta con riego que hace posible producir esos pastos en cantidad, con buenos márgenes. Una hectárea de alfalfa o de silo de maíz rinden 15 ton de materia seca en secano y bajo riego, aún más. “Si bien con la pastura puedo obtener 1.000 kg/carne/ha y con el maíz 2.200 kg, siempre es conveniente usar ambos ya que nutricionalmente se complementan muy bien”, recomendó.
La alfalfa es una excelente fuente de proteínas, vitaminas y minerales pero tiene mucha fibra y poco energía, exactamente lo contrario del maíz. “Una dieta mixta satisface los requerimientos de los animales en crecimiento obteniéndose ganancias de 700 /900 grs. Además, teniendo alfalfa no se necesita agregar subproductos proteicos. Hay que tener en cuenta que, a excepción del orujo de tomate, todos los recursos disponibles en la zona son bajos en proteínas”, explicó.
Así las cosas, el experto advirtió que “si se decidiera hacer todo el proceso con silaje de maíz, habría que ir a buscar gluten feed o burlanda húmeda a Villa Mercedes o más lejos todavía, en Río Cuarto, gastando en flete”. En ese sentido, aclaró que “esto es una buena opción para la pampa húmeda, ya que los campos tienen subproductos proteicos baratos al alcance de la mano, incluso usan soja que es más negocio que venderla”.
Un punto óptimo para la zona “es combinar 0,7 ha de silaje de maíz y 0,3 ha de alfalfa, con ello se pueden obtener 1.900 kg de carne/ha, es un buen grado de intensificación”, argumentó Elizalde.
Asimismo, indicó que si la alfalfa participa del 30% de la dieta, tampoco se necesita una corrección vitamínico-mineral. “Sólo habría que agregar monensina y carbonato de calcio para mejorar la conversión de materia seca en carne, lo cual es una gran ventaja económica. Este aditivo cuesta entre $6 y $16 por tonelada versus los $100 por tonelada que implica una ración que no usa alfalfa y requiere más correctores. Esto, que parece poco, muchas veces define el resultado de los encierres. Es una oportunidad para la zona”, enfatizó.
Elizalde sostiene que “estos sistemas de recría y terminación a corral pueden generar resultados económicos muy interesantes en San Rafael, aún con una relación compra-venta más negativa que en la región pampeana. Además, se puede trabajar con categorías menos demandadas como los terneros livianos, que el feedlotero no quiere porque se engordan pronto y el invernador a pasto tampoco ya que es muy jovencito para largarlo a un verdeo”.
Por último, el especialista señaló que “si bien, un modelo intensivo requiere mayor planificación y control debido a que el resultado es muy sensible a las variaciones del precio de la hacienda y a la eficiencia productiva, representa una oportunidad para producir más carne en Mendoza que ya tiene el riego y la demanda del producto está a la vuelta de la esquina”.
Con menos stock
De acuerdo a datos del Senasa, entre 2009 y 2015, mientras la Argentina redujo su stock bovino el 6%, Mendoza perdió el 30%, siendo la provincia que más retrocedió en cantidad de cabezas. Además, esta merma se registró, año tras año, hasta 2015, en que se verifica una leve suba del 0,5%, a diferencia del total nacional que desde 2011 recuperó un tercio de lo perdido anteriormente.
Hoy, Mendoza tiene el 0,8% de los vacunos del país y el 4,3% de la población humana, por lo que es indudable que la mayor parte de la carne que se consume proviene de otras provincias.
Liliana Rosenstein