En 2014 bajó el consumo, producción y exportación de carne.
En un contexto de gran incertidumbre del negocio ganadero, que se prolonga en el tiempo, la producción de carne vacuna cayó el año pasado 4,6% respecto de 2013. Si bien no es un índice muy grave, «era previsible dentro de un marco recesivo», dijo a LA NACION el presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes de la República Argentina (Ciccra), Miguel Schiariti, al comentar el último informe de la entidad, difundido ayer.
Según el industrial, parte de las razones de esta caída se explican, por un lado, por un consumo deprimido debido a la caída del poder adquisitivo del salario, y por el otro, por el nivel de las exportaciones, que prácticamente están cerradas. «En estas circunstancias, el ganadero no tiene incentivos para producir carne», agregó.
Según el informe de Ciccra, la producción de carne vacuna el año pasado fue de 2.692.000 toneladas de res con hueso, 129 millones de toneladas menos que en 2013. Esto se debió, según la entidad, a la menor cantidad de animales faenados (12,16 millones de cabezas, 462.000 menos que en 2013) y a una merma en el peso promedio de los animales sacrificados.
«El menor peso de faena se ha consolidado ante las trabas a las exportaciones, ya que hoy no se produce el novillo pesado que requiere el mercado internacional, sino el liviano para la demanda doméstica», dijo el economista jefe del Instituto de Estudios Económicos de la Sociedad Rural Argentina, Ernesto Ambrosetti.
En tanto, el consumo de carne vacuna por habitante en 2014 sufrió un deterioro de 5,7%. «El poder adquisitivo del salario cayó un 11%, comparando noviembre de 2014 con el mismo mes del año anterior frente al precio de la carne vacuna y, lógicamente, esto deprime el consumo, que se ubicó en promedio en los 59,4 kilos per cápita», señaló Schiariti.
Según los datos históricos de Ciccra, el resultado del año pasado resultó 4,9% inferior al promedio de los últimos veinte años. «Y en una perspectiva histórica, cabe señalar que el consumo de carne vacuna per cápita de la Argentina del último año fue el undécimo más bajo de los últimos cien años», y se ubicó en el puesto 90, según indica el informe de la entidad.
«Es la misma caída del poder adquisitivo que sufren los asalariados provocada en un contexto de inflación, que repercute en todo el consumo», acotó Ambrosetti.
Del total de carne producido, el 92,8% (2.499.000 toneladas de res con hueso) se volcó al consumo interno, lo que implicó una baja de 4,8% respecto de 2013. El porcentaje destinado al mercado local casi igualó los registros de 2012 y 2013, cuando llegó a 93,1% de la producción.
«Al igual que en los dos años anteriores, en 2014 la importancia relativa del mercado interno volvió a quedar muy próxima al récord alcanzado en 2001, con el 93,9%», señala el informe. Y recuerda que ese año «se produjo el cierre masivo de mercados externos a raíz de la reaparición de focos de fiebre aftosa en diversas regiones productivas del país».
Menos exportaciones
En Ciccra estiman que las exportaciones argentinas de carne vacuna cerrarán 2014 con la tercera entre las peores marcas en 55 años, con 193.000 toneladas, después de los registros de 2001 y 2012. «Y no hay ninguna señal como para visualizar que las exportaciones aumenten durante este año, lo cual es otra falta de incentivos para producir», agregó Schiariti.
Aun sin datos definitivos (faltan los de diciembre), los envíos a los mercados externos habrían registrado un retroceso de 1,2% anual en 2014, con una participación de las exportaciones sobre la producción de 7,17%. Cabe recordar que en 2013 las exportaciones totalizaron 195.503 toneladas.
Según el informe de Ciccra, la facturación por exportaciones ascendió a 980 millones de dólares FOB en los primeros once meses de 2014, y superó en 3,6% a los ingresados del período enero-noviembre del año anterior.
En cuanto a la faena, según Ciccra, 2014 cerró con un total de 12.164.000 cabezas, 3,7% menos que el ciclo anterior, luego de dos años consecutivos de importante recuperación del nivel de actividad sectorial. En relación con 2013 se sacrificaron 462.000 cabezas menos.
«Aquí hay otro tema preocupante. La faena de hembras confirmó una nueva y sostenida liquidación de vientres. Se ubicó en el 45,8 por ciento del total, cuando el punto de equilibrio es del 43 por ciento», concluyó Schiariti.