Forma parte de un sistema desarrollado por investigadores locales para facilitar el celo en las vacas.
Un grupo de instituciones y expertos argentinos desarrolló una interesante tecnología basada en microcápsulas, que permite transportar, almacenar y liberar drogas de forma controlada en los animales, para mejorar su productividad y su sanidad.
La novedosa tecnología, que en primera instancia apunta a la liberación sincronizada de hormonas en el control del celo y ovulación de las vacas, fue desarrollada por el especialista Ignacio Rintoul, investigador del Conicet, institución que participó de un grupo que impulsó este trabajo, que integran también la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y el Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina (IPCVA).
Una de las técnicas más difundidas para la reproducción de los bovinos es la inseminación artificial pero, por su difícil implementación, tan sólo un 4% del rodeo mundial utiliza este tipo de producción programada.
Rintoul, investigador adjunto del Conicet en el Instituto de Desarrollo Tecnológico para la Industria Química, implementó una tecnología que consiste en una plataforma de liberación controlada de micropartículas para la sincronización del celo y ovulación de ganado vacuno, que permitiría inseminar una gran cantidad de animales en un mismo período.
En diálogo con Clarín Rural, Rintoul explicó que “se trata de que todas las vacas se inseminen al mismo tiempo y de esa manera tengan los terneros en el mismo período”. Al tener todos los animales logrados la misma edad, el veterinario puede tener más control sobre el período de parición y mejorar los programas de vacunación y alimentación.
Además, esta nueva tecnología permitiría parcelar mejor el campo y sembrar la pastura justa para aumentar la productividad, así como reducir costos y hacer más eficiente la logística de transporte, al mandar todos los animales juntos a faena.
En la actualidad, el método utilizado para la inseminación artificial a tiempo fijo se lleva a cabo mediante dispositivos intravaginales, que no son de fácil empleo, puesto que requieren de un cuidado especial para su colocación.
La nueva tecnología, realizada a base de un biomaterial muy económico, permitiría no solo mejorar los aspectos vinculados al manejo, sino que también evitaría algunas consecuencias no deseadas que en ocasiones se derivan del uso de dispositivos intravaginales, relacionadas con la higiene, inflamaciones o molestias que repercuten indirectamente en los porcentajes de preñez.
Otra de las ventajas de la tecnología de microcápsulas es que son más fáciles de transportar y almacenar, gracias a su pequeño tamaño. Por otra parte, permiten adecuar la dosis en cada animal con una inyección subcutánea, cuya biodegradación es “in situ”, lo que evita intoxicaciones de operarios y contaminación al medioambiente, y no deja residuos.
Matías Lapissonde, director del Centro Operativo Experimental Las Gamas y coordinador general de la Cadena de la Carne del Ministerio de la Producción de la Provincia de Santa Fe -encargado de realizar las pruebas in vivo-, agregó que “esta es una técnica mucho mejor desde el punto de vista sanitario. El gran salto es que se preñan muchas vacas en muy poco tiempo y los terneros nacen antes. Estos van a ser más pesados y por ende se va a producir más carne. Si esta tecnología soluciona los inconvenientes que presentan los intravaginales, ya es un adelanto importante”.
Actualmente, la tecnología está pensada para ser empleada con hormonas encargadas de la inducción del celo, como la progesterona, pero se prevé utilizar la plataforma de liberación con otros tipos de drogas, como insecticidas, antibióticos y antiparasitarios. “Mediante el ajuste de la química de la cápsula de acuerdo a los patrones de liberación, se pueden aplicar todo tipo de sustancias”, confirmó Rintoul.
“Esperamos que esta tecnología pueda constituir, una vez calibrada, al incremento de la productividad de la ganadería argentina, que es uno de los objetivos del IPCVA”, aseguró, por su parte, Gonzalo Alvarez Maldonado, presidente del Instituto, que desde hace años financia parte de la investigación.
En el plano internacional, ya se iniciaron los trámites de patentamiento de la nueva tecnología en EE.UU., Brasil y Australia.