Con las altas temperaturas, el ganado comienza a evidenciar signos de estrés calórico, como un aumento de la temperatura corporal, aumento de la proporción de respiraciones, consumo de agua superior e hinchazón intestinal más alta. Por todo ello registra una menor motilidad intestinal y menos rumiación, lo que influye en su apetito y, por consiguiente, en su producción. Las más susceptibles son las vacas de alta producción, debido a que generan más calor durante la digestión y metabolizan mayores cantidades de nutrientes.
Principales métodos para evitar el estrés calórico:
Sombra
Es fundamental que los animales puedan guarecerse del sol. Hay que tener en cuenta que la sombra es efectiva en tanto no afecte la temperatura del aire; si esto no ocurre, se logra una reducción de hasta un 40% del calor radiante del sol, y proporciona un suelo fresco para que la vaca se eche.
Los árboles o la sombra natural son las opciones más económicas. Sólo debe tenerse en cuenta la cantidad de animales a proteger.
Otra alternativa es la sombra permanente o establos ventilados, con laterales abiertos. El techo deberá contar con respiraderos, y su punto más bajo ubicarse a, por lo menos, 3,60 metros del piso: la sombra alta maximiza la exposición del animal al aire más fresco y lo ayuda a perder calor.
En este caso, la paja, el metal pintado, el aluminio o los techos brillantes de hierro galvanizado son buenos para la parte superior del establo. Si también se pinta el exterior de blanco y el interior de negro, se agrega un beneficio de un 10 por ciento.
La tercera opción son los bastidores para sombra transportables, que pueden alcanzar los 3,65 metros de alto. Pueden confeccionarse de caños de 6,25 centímetros soldados. Hay que tener en cuenta que deben ser lo suficientemente fuertes para soportar el abuso del ganado.
Moviéndolos periódicamente podrá mantenerse un suelo sombreado seco y limpio. Los techos pueden elaborarse de telas y/o redes de polipropileno. En este caso, debe contemplarse la sombra también para los depósitos de alimento del ganado.
En el caso en el que se utilicen establos para alojamiento, pueden instalarse ventiladores que reemplacen el aire húmedo y caliente por uno fresco y seco. Éstos logran bajar la temperatura entre 2,6° y 3,7°C.
Rociado
Está comprobado que el rociado es una de las alternativas más económicas para combatir el estrés calórico. Las gotas absorben el calor y se evaporan. Esto es muy efectivo en aquellas zonas con baja humedad. En tanto, en las que ésta es alta también funciona en tanto se utilicen ventiladores para forzar el aire húmedo hacia afuera del establo.
Agua fresca de bebida
Si se enfría el agua de bebida se logra una nueva fuente de absorción del calor directo de la vaca, sobre todo cuando los días superan los 29°C. Es recomendable utilizar bateas sombreadas y aisladas, o pequeñas palanganas aguateras con líquido proveniente directamente del suelo. Así, la temperatura de agua se mantendrá en los niveles deseados.
Dado que las vacas suelen elegir agua más caliente, se recomienda que no tengan acceso a otras fuentes de líquido.
También debe colocarse un tanque de agua de bebida enfriada junto a la salida de la sala de ordeñe, ya que los animales estarán inclinados a beber en esa instancia.
Alimentación
En el período estival, es durante la tarde cuando se registran las temperaturas corporales más elevadas, que alcanzan subas de entre 0,75 y 1,5°C. Es por ello que la comida fresca debería ofrecerse después de que las temperaturas corporales comienzan a normalizarse. Para que el test de grasa en la leche se mantenga, lo recomendable es dar varias pequeñas comidas al día, para asegurar la fermentación continua en el rumen y prevenir rúmenes ácidos. Lo ideal es mezclar forraje y grano en las raciones.
En tanto, no se aconseja suministrar grano dos veces por día, debido a que interrumpe la fermentación ruminal y da como resultado picos de producción de calor. Lo mejor es alimentar a la mañana y a la noche, cuando las temperaturas son más bajas.