Las pequeñas mejoras en el precio al productor lechero no alcanzan para enfrentar los fuertes aumentos de costos y los menores plazos de pago a proveedores.
En la segunda quincena de enero comenzaron a regresar las lluvias al Oeste de Buenos Airess, aunque en forma muy moderada y despareja. En la primera quincena de febrero ocurrieron precipitaciones más consistentes y generalizadas (entre 40 y 60 mm en muchas localidades).
Esto dista de resolver las necesidades, pero comienza a mejorar la dotación de agua en los suelos, la situación de los cultivos (maíces tardíos, sorgos, y sojas) y las condiciones para la renovación estacional de la base forrajera.
Dentro de esta “marcha agroclimática irregular” (como la designa en sus Perspectivas la Bolsa de Cereales de Buenos Aires), el Servicio Meteorológico Nacional ve para el trimestre Febrero-Marzo-Abril lluvias normales y temperaturas en un rango normal a superior a lo normal, para la región pampeana.
Aprovechar para sembrar
Con las lluvias recientes y la recuperación de humedad en el perfil del suelo, los tamberos se aprestan a instalar los verdeos de invierno y las pasturas, aún sometidos a una dificilísima situación económica y financiera.
Se espera que los maíces tardíos puedan entregar rendimientos en el ensilaje marcadamente superiores a los que se obtuvieron con los tempranos, lo que aseguraría reservas, al menos hasta la mitad del invierno.
Los costos para arriba
Sigue siendo necesario trabajar con una importante incorporación de concentrados en la dieta. Y esto eleva los costos, ya que hay dificultades para conseguir grano de maíz, el afrechillo de trigo supera los $1.000/Tn, y el alimento balanceado 16%, sobre todo si incluyen soja, eleva su precio por encima de $1.500/Tn.
Además, todos los proveedores han achicado los plazos de cobranza, como condición de entrega de la mercadería, mientras los tamberos no han visto aún achicar el plazo de pago de las industrias, lo cual agrega tensión a la situación financiera complicada que se vive.
Según estimaciones privadas, a tambo constante, la producción nacional de 2013 se confirma en paridad con la de 2012. Y febrero cae respecto del mes previo, de acuerdo a lo que es habitual estacionalmente (7-8%), y se ubicaría un 8% por encima que el mismo mes del 2013.
Precios orientativos de enero en la Cuenca Oeste
Corriendo desde atrás
En el mes de enero, los precios al productor en la Cuenca Oeste subieron respecto del mes anterior 4,5% en $/litro y 6,0% en $/KPT. Y en la comparación contra enero de 2013, subieron 37,8% en $/litro y 39,9% en $/KPT. La diferencia se explica porque la mayoría de las industrias siguen proponiendo precios en términos de “$/litro” (en lugar de hacerlo en “$/Kg de proteína” o “$/Kg de sólidos útiles”), que como se vio, han subido, mientras que los tenores de proteína y grasa han bajado, como es habitual en esta época del año.
¿Por qué no alcanza?
Hoy los tamberos necesitan mejor precio para poder seguir trabajando, aún más, después de la mega devaluación. Pero además, para resolver su situación financiera: su endeudamiento y su flujo de caja, que hacen crujir la cadena de pagos.
Esto lo saben muy bien los industriales, que en un cuadro muy complejo, negocian por un lado con el Gobierno algún tipo de flexibilidad de los precios en salida de fábrica y que no se interfieran los trámites para despachar las exportaciones; y por otro lado escalonan las subas de precio a los tambos, de acuerdo a sus dispares posibilidades, de modo de balancear en alguna medida la mayor capacidad de pago de las empresas monoproducto exportadoras, con las que tienen mayor compromiso con el mercado interno.
Es lo que vulgarmente se llama “cuidar el mercado”, mostrar responsabilidad y garantías al abastecimiento local, y tratar de disuadir las tentaciones siempre latentes de intervención en las exportaciones.
¿A costa de quién?
Nadie niega la importancia de cuidar el mercado interno, pero el tema es que los productores necesitan que esto no se haga a expensas de ellos, y se pongan en juego las soluciones requeridas, con rapidez, porque su situación no para de agravarse.
Valga como síntesis mencionar que después de la última devaluación, el precio de la leche de tambo en Argentina, quedó reducido a US$ 0,30/litro, cuando más del 60% de sus costos están atados al dólar, y mientras en los países de la región y del mundo, la leche se paga al productor entre US$ 0,40 y US$ 0,50/litro.
CAPROLECOBA