Con déficit hídrico y altas temperaturas, las lluvias recientes favorecen las concentraciones de nitratos y ácido cianhídrico en sorgo y maíz.
Con déficit hídrico y altas temperaturas, las lluvias recientes favorecen las concentraciones de nitratos y ácido cianhídrico en cultivos como sorgo y maíz. Los animales pueden morir cuatro horas después de consumirlos.
Ante la caída de precipitaciones en distintas zonas del sudeste bonaerense, tras un período marcado por el déficit hídrico y las altas temperaturas, el INTA Balcarce advirtió que la baja calidad en diferentes cultivos de verano destinados a pastoreo podría generar intoxicaciones en los rodeos ganaderos.
Las condiciones no ayudan
Las lluvias registradas en los últimos días y el estrés hídrico favorecen la acumulación de altos niveles de nitratos y ácido cianhídrico en cultivos como maíz y sorgo, entre otros, que además de depreciar su calidad pueden generar efectos fatales en las vacas: impiden que el oxígeno sea transportado en sangre a los tejidos.
Los síntomas
De acuerdo con Germán Cantón, técnico de esa unidad del INTA, “la ingesta de altas concentraciones de esos compuestos por parte de los animales, ocasiona dificultad y aumento de la frecuencia respiratoria, babeo, incoordinación, temblores musculares, convulsiones y muerte”. De hecho, agregó el técnico, “los episodios agudos se manifiestan con la muerte súbita dentro de las cuatro horas de iniciado el consumo”.
Cuadros similares pueden presentarse por la acumulación de ácido cianhídrico en forrajes verdes de distintos tipos genéticos de sorgos, incluso con alturas de planta superiores a los 40-50 cm y con 7-8 hojas desarrolladas.
En animales preñados pueden observarse abortos, pudiendo ocurrir varios días después. No obstante, si los signos se detectan a tiempo, el asesor veterinario debería tratar a los animales con la aplicación endovenosa de una solución de azul de metileno.
Cómo prevenir la intoxicación
Aunque esta situación se revertiría con la continuidad de mejores condiciones meteorológicas, se dieron a conocer estrategias y recomendaciones de manejo para preservar la sanidad de los animales y no comprometer la productividad.
Ante la imposibilidad de monitorear la concentración de nitrato en las plantas, la propuesta es permitir que algunos animales de bajo valor consuman esos forrajes y luego observar su comportamiento durante las primeras seis horas de pastoreo. En base a su evolución se decidirá pastorear con el resto de los animales, con la salvedad de que no debe pastorearse con animales hambreados. Ya que la intoxicación se produce más por la velocidad de consumo que por la cantidad de nitrato en la planta.
También debe evitarse el ingreso de animales inmediatamente después de las lluvias, debido a que en esos momentos se registra el mayor nivel de nitrato. En cambio, es conveniente pastorear por la tarde, ya que a esa hora disminuyen las concentraciones acumuladas durante la noche.
A su vez, los técnicos subrayan la importancia de ajustar la cantidad de animales para permitirles seleccionar qué comer. El consumo con una carga no muy elevada permitirá que los animales elijan las hojas, que tienen menor concentración de nitrato que los tallos.
Se sugiere realizar pastoreos de una o dos horas durante los primeros días, aumentando el tiempo en la primera semana para permitir que la flora ruminal se acostumbre a la alta concentración de nitrato y pueda metabolizarlo. Además, se aconseja el encierre nocturno.
Ojo con los hongos
El técnico advirtió que los maíces en pie dejados para consumo pueden representar un peligro potencial: la intoxicación con Diplodia. El mismo es un hongo que crece en este sustrato ante estas circunstancias y produce signos nerviosos en los animales que lo consumen. Para identificarlo, hay que revisar las espigas.
También aclaran que la combinación de altas temperaturas, intoxicación por el hongo Neothypodium coenophialum (que provoca festucosis) y cornezuelo o ergot, Claviceps purpurea, pueden producir golpes de calor. Esto se debe a que el principio activo de los hongos trabaja directamente sobre la termorregulación de los animales. Aparte de la manifestación subclínica, que puede ser una disminución de los parámetros productivos, también se puede producir la muerte de los animales expuestos.
Por otra parte, los especialistas recomendaron no exponer a los animales (ni siquiera a los que no estén intoxicados) a encierres prolongados durante los que sufran sed y luego llevarlos a beber podría producirse intoxicación hídrica.
INTA Balcarce